miércoles, 25 de mayo de 2011

CARACTERISTICAS


MONOPOLIO
Mercado en el que una empresa es la única que ofrece un producto homogéneo que carece de sustitutivos y que tiene un gran número de demandantes.
El monopolio y la competencia perfecta son las únicas situaciones de mercado que han retenido la atención de los economistas de la escuela clásica. El monopolio es un mercado en el que un único vendedor —el monopolista-se enfrenta a una multitud de compradores.
Cabe considerar tres posibilidades: el monopolio puede ser, alternativamente, simple, discriminante o bilateral. En el primer caso, el monopolista, a fin de obtener la máxima rentabilidad, debe vigilar sus curvas de costos. Si estas últimas son decrecientes, le interesará practicar un precio bastante bajo a fin de desencadenar una gran cantidad de decisiones de compra. Por el contrario, si sus costos son crecientes, le resultará más ventajoso limitar la oferta elevando sus precios.
En la hipótesis del monopolio discriminante, se ofrece un mismo producto (o un mismo servicio) a precios distintos. La fijación del precio implica la existencia de dos c más mercados que tengan "coeficientes de respuestas’ distintos. Así, la tarifa eléctrica para uso doméstico será más elevada que la establecida para la industria. La compañía aórea que disponga de una filial especializada en turismo podrá hacer viajar en un mismo vuelo —cuya exclusividad tiene— y en las mismas condiciones a dos categorías de pasajeros (hombres de negocios y turistas) a precios muy distintos (por lo general los primeros no pagan de su bolsillo y lo contrario ocurre con los segundos).
El monopolio bilateral presenta una sola oferta frente a una sola demanda. Alguna de las partes intentará establecer los términos del intercambio que le sean más favorables. Pero los dos participantes deseosos de concretar la transacción proceden a un ajuste entre un límite máximo representado por el precio tope, que elimina todo atractivo para el comprador, y un límite inferior representado por el precio básico, que no produce ningún beneficio al vendedor.
Con frecuencia, el empleo del término monopolio es inadecuado, ya que rara vez designa la presencia de un solo vendedor frente a una multitud de compradores. A menudo existen pocos vendedores, que se ponen de acuerdo para dominar el mercado e imponer precios elevados o bien libran una dura competencia para conseguir la ventaja dentro de la competencia. Cada vez es más frecuente en la vida industrial la aparición de casi monopolios (el 90% de un mercado está dominado por una sola firma) o de monopolios provisionales (una empresa, gracias a sus investigaciones y a su capacidad de innovar, puede dominar de manera absoluta durante cierto tiempo el mercado de un producto). Se reconocen pocas ventajas a los monopolios (si se exceptúa, probablemente, su capacidad de inversión). A menudo se denuncia el dominio que ejercen, el cual se traduce en alzas de los precios.

OLIGOPOLIO
Mercado en el que unas pocas empresas llevan a cabo la producción de un bien o servicio, lo que crea un alto grado de interdependencia entre las decisiones de las mismas. Oligopoly.
 El término bastante generalizado de oligopolio designa lo que a menudo ha sido calificado de competencia imperfecta, en la que una cantidad limitada de vendedores se dirige a una multitud de compradores. Las economías capitalistas modernas se caracterizan, en su conjunto, por la existencia de estructuras oligopólicas de mercado. La concentración, que sólo permite la subsistencia de una cantidad
Restringida de grandes empresas, ha introducido nuevos comportamientos y alternativas para los vendedores. Algunas empresas han absorbido la totalidad de sus competidoras a fin de ejercer un monopolio de hecho en una determinada rama de la actividad económica. Pero el elevado costo de estas prácticas ha conducido a un acuerdo entre firmas de un mismo sector (cárteles, delegaciones, consorcios...).
 El oligopolio se caracteriza, en general, por la disminución de las luchas comerciales, sobre todo cuando el progreso de la publicidad y del embalaje sólo permite diferenciar artificialmente los productos, volviendo cada vez más difícil la elección de los consumidores. No obstante, el oligopolio puede presentar diversas variantes que modifican el comportamiento de sus participantes. El oligopolio bilateral, en el que se enfrenta una cantidad prácticamente idéntica de ofertas y demandas, se caracteriza por un regateo que puede significar una victoria relativa para los compradores, ya que la cohesión de estos últimos es susceptible de manifestarse más enérgicamente que la de los participantes. El monopolio contrariado, que se caracteriza por muchos vendedores y un único comprador, nunca aparece en el estadio final del consumo. En sentido inverso, a nivel de mercados de bienes de equipo o en el estadio del comercio al por mayor, esta situación se observa con frecuencia.  Casi todos los autores coinciden en señalar que sólo existe una ínfima diferencia entre monopolio y oligopolio. La rutina y la no disminución de los precios caracterizan estas formas de mercado.
El oligopolio es una ventaja de la sociedad industrial, en la que la empresa de gran tamaño puede, en esta situación, elaborar una estrategia a largo plazo. Así, la sociedad industrial puede invertir mejor y contribuir al paso "de los óptimos de las micro unidades al óptimo del gran grupo; es decir, del Estado". Así, el oligopolio se presenta como un medio de lograr una planificación ágil. El oligopolio es para el empresario un instrumento precioso destinado a reducir la incertidumbre.
En una perspectiva intersectorial, los partidarios del oligopolio, al señalar el progreso que esta forma de mercado ha dado a la gestión de los stocks y a los procedimientos para la formulación de pedidos, también lo han considerado como un compromiso dinámico entre la centralización económica de tipo soviético y el estallido del mercado provocado por la competencia salvaje. Pero esta apología corre el riesgo de ocultar todas las prácticas abusivas de afianzamiento en la empresa, que culminan en las tensiones inflacionistas, la atomización y el condicionamiento de la demanda

Competencia monopolística
La competencia monopolística o monopolista o monopólica es un tipo de competencia en la que existe una cantidad significativa de productores actuando en el mercado sin que exista un control dominante por parte de ninguno de estos en particular.
La cuestión clave en este caso es que se presenta una diferenciación del producto, mercancía no homogénea; es decir, un producto en particular, dependiendo del productor, puede tener variaciones que le permitan ser, en algún aspecto, diferente a los demás productos similares hechos por otras empresas. La competencia, entonces, no se dará por precios sino, por ejemplo, por la calidad del producto, el servicio durante la venta o postventa, la ubicación y el acceso al producto, la publicidad y el empaque, etc.
Otra característica para destacar de la competencia monopolística es la de la fácil entrada y salida a la industria por parte de los productores. Un gran número de productores de un bien determinado permite que las empresas no necesiten grandes cantidades de dinero, ni un gran tamaño, para competir; los costos, sin embargo, se pueden incrementar por la necesidad de buscar diferenciarse de los demás competidores.
Un ejemplo de este tipo de competencia puede ser el mercado de ropa para mujeres. Los productores, aunque se dedican a producir ropa para mujeres, no hacen vestidos iguales a los de los otros, pues los productos de uno u otro son diferentes por calidad, diseño, servicio en la venta, etc., haciendo que cada producto sea diferente de otro sin por ello dejar de ser ropa para mujeres.
Los mercados de competencia monopolista se sitúan entre el monopolio y el oligopolio y poseen algunas características de cada uno de estos dos mercados. Se parecen al oligopolio en que existen un número limitado de empresas que producen y venden en este sector y en que no existen barreras de entrada: cualquier competidor tiene la facilidad para entrar o salir del mercado. En el mercado el consumidor es capaz de distinguir los bienes o servicios que produce otra a través de las marcas. Así, es como si cada empresa tuviera el monopolio de su marca, y por ello puede ejercer cierto control sobre el precio de su producto.

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